sábado, 7 de junio de 2014

Compasión

Los expulsados pierden el derecho a conseguir su propio alimento. Cada tres días les dan una dosis mínima en la Hermandad, son los parias que sirven de ejemplo a los demás. Se les puede ver vagando por las calles a cualquier hora del día, babeando en los escaparates de las carnicerías halal y pajeándose unos a otros en callejones. No hablan. Se limitan a esperar el momento.


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