Ya estuviste antes en el cielo, Tuco.
Recorriste las carreteras reservadas a los salvajes y a los abandonados que huyen del norte, retorciste el cielo para impedir que las estrellas fuesen mapa pero sin perderte su fulgor.
El último misfit, el forajido amable.
Los poetas como tu solo os alejáis del horizonte con una sonrisa en la boca.
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