Cada poro es una puerta abierta; tienes la esperanza de que sirva para algo. Hay una musica de tic-tac, un ralenti creciente de tic-tac, la luz desde abajo para observar el cielo. El cielo de tu boca no recubre tu paladar. El cielo de tu boca a veces cuando sonries, a veces callada, el cielo de tu boca es la comisura relajada de tus labios. Morderse hasta sangrar, revolcarse en la sangre, piel y carne ahuyentando lo terrenal. Bajo el microscopio solo son celulas, pero se unen. La ebullicion como estado natural y no alterado, un movimiento en sincronia tic-tac y el ralenti creciente tic-tac, y cada poro sigue como una puerta abierta y tal vez sirva para algo.
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