lunes, 26 de noviembre de 2012

Luminaria de a traves.

Es un rincón perdido en una pequeña ciudad y no hay ángulos rectos entre tabiques; es un resoplido de alivio, el hálito del tiempo contrayéndose y dibujando volutas con las agujas del reloj, ahora el minutero frena, el segundero lo adelanta y las horas pasan a golpes de una en una, las tres, las cuatro, las cinco, las cuatro otra vez, tira una linea si te atreves.
El mismo disco girando una y otra vez, aunque un tanto rayado, aunque la aguja algo torcida y así los saltos siempre en el mejor momento de la canción, pero es mas romántico, ya sabes, no es el mismo sonido cuando solo son datos, lo discreto jamás podrá batallar con lo continuo (no se baila a golpes).
Y no dibuja sobre el vaho porque la tinta sea infinita, no se perfila a contraluz por la foto mas hermosa. Hace así, simple, un alarde de su naturaleza y sonríe, reduciendo todo el dibujo de su figura a un ligero trazo, y puede haber bruma a la mañana pero las luces permanecerán intactas.


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