El abismo y la montaña solo son un distinto punto de vista.
La modernidad no entiende que no habría Burroughs sin el viejo testamento.
La modernidad no entiende que Rimbaud era punk.
La belleza esta en las flores; la belleza esta en un desfile nazi. Pero la modernidad le habla a la belleza de moral.
No existen ojos abiertos si no han observado con pausa el abismo. La belleza no es un regalo, es una pelea de la que te levantas satisfecho mientras escupes dientes. Es elevar el brazo partido a la altura justa de la caricia.
La belleza es el diablo que te saca a bailar a la luz de luna mientras ciudades enteras se derrumban enterrando en hormigón millones de cuerpos que no te importan porque miras la belleza a los ojos.
La belleza no es un regalo. O mas bien no es cualquier regalo. Es ese regalo tan bien envuelto que abres con miedo, sin saber si lo que hay dentro sera mejor que la envuelta.
La belleza se rie del miedo, de ti, de mi, de millones de cadáveres y de las atrocidades de la humanidad.
La belleza es el animal despiadado que te acecha en la oscuridad. Sonríe.
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