Les llaman asesinos para que el resto piense que si viven como ellos tendrán que sentirse culpables.
Ellos no lo hacen
por eso son peligrosos.
La boca de su escopeta es un túnel de carcajadas
el agujero de gusano que les transporta a otra realidad
una donde viven como les place, indiferente saberse perseguidos; otra razón para no detenerse.
Marrulleros por su sonrisa sin condiciones los fuera de la ley olvidan su colección de días y más aún los sueños
no permiten que nada les arruine la sorpresa
de las horas por venir.
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