De pequeños jugaban
juntos y los demás niños se reían de el por preferir la compañía
de una niña. Camilla se fue cuando el tenia diez años y diez años
pasaron hasta que la vio volver. Mathliss les prohibío estar juntos y
Oskar no pudo saber como había cambiado su voz. Cada tarde tenían un
momento de intimidad; ella sentada junto a la alberca, el observando
por la ventana. Cuando Mathliss lo llamaba para cenar notaba en el un
odio apagado de viejo Capuleto.
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