martes, 27 de mayo de 2014

Wild at heart

En su poema favorito, de Corso, un hombre esperaba el retorno de su amante, una princesa egipcia muerta siglos atrás. Pero Corso nunca escribió eso, y lo sabía; seguía siendo su poema favorito.
Los versos inexistentes, quizás alguna palabra acertada, pero al fin algo inconcluso, esa era la mejor manera de expresar la espera. Quizás por eso Corso nunca lo escribió.
Si le preguntabas porque su poema favorito era uno que no existía, te decía que corrieses hacia el primer arcoíris que encontrases.
-Te cansarías, o desaparecería antes de que llegases, así que busca un lugar en el que sentarte y disfrútalo. Allí te encontrará la princesa.


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