para que pueda fingir desdén por tu brillo.
Eramos hermosos desconocidos trabados en un cuarto diminuto
batallando hasta terminar el oxígeno
aire viciado nos empasta los pulmones
una vanguardia muerta riéndose de su propio desatino.
Siempre supimos que terminaríamos hablando del pasado
escribiendo en los mensajes palabras como ceniza y café
siempre creímos que sabríamos degustar la crueldad que teníamos pactada.
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