miércoles, 25 de junio de 2014

Eli 2

Convencerás al portero para que te deje entrar.
Pedirás un whisky en la barra.
Sonrisa, cigarro al suelo apagado con el tacón de la bota gastada. El estroboscopio de tu escopeta ciega a unos cuantos.
Te llamarán poeta y no asesino porque lo harás con una razón y una justicia; serás el único vivo que no bailará sobre el cadáver de los tibios muertos, vigilando que nadie ose interrumpir tan sagrada ceremonia.




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