domingo, 29 de junio de 2014

Gigantes

Esa noche en la que olvidamos las razones.
Dioses caprichosos que no saben de bondad riéndose del incendio, recreando fábulas chupando el cuello de una botella. Hermosas las bestias, girando en círculo mientras miden sus fuerzas. Todo bien.
Solo se prometen arrogancia y desdén
espalda contra espalda
cada uno con la mirada en su propia dirección
Ríen emputecidos, sanan con saliva las heridas. Ya cauterizados se despiden hasta la próxima noche en que se encuentren sin ninguna razón.


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