La isla es cualquier lugar donde el mar pueda devorar la tierra. Es la amenaza de nada firme, el zen del cielo estático susurrando lo que quieras escuchar.
No pasan barcos.
No se curva el horizonte.
Nadie te observa en la isla; sobran los lamentos.
Polizones sobre tablas intentar llegar, pelean contra la corriente que les responde impasible, evitándoles llegar a la playa pero sin dejar de verla. Sísifos desharrapados. No tienen tiempo para dioses. No tienen tiempo para fe.
La isla es el escenario mínimo
pequeños gestos
rodeada por un océano de crueldad
la lírica de la isla es el sustento que resta.
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