En tres actos

Por tener una razón tan absurda como cualquier otra, por un inicio antes del suceso, fingen una discusión en un establecimiento público. Un capricho idiota /que importancia tiene / no se porque haces esto / déjame en paz. Indiferente. Rellenen los huecos como quieran, como en cualquier historia, como estas primeras lineas, nada mas que un escenario para camuflar la peripecia y venderla como aventura.

Ocurren cosas interesantes.

Una pequeña moraleja desvestida de moral aparente, una invitación a meditar y abrir las lineas que el nudo marca; el autor escapando de su propio discurso, ponderando la belleza relativa y otros escondites que acarician el ego del lector.
No somos inocentes ni pretendemos serlo. Tampoco evitamos todo indicio de verdad. Pero aprovechamos la distancia para dar el peso que en otros ámbitos negamos a la mirada.