En cualquiera de los bares que no frecuentamos podríamos encontrarnos. Mientras tú paseas y yo duermo podemos encontrarnos.
Jugamos al escondite sentados uno frente al otro, sin perdernos de vista ni un instante; sin margen para la trampa y revolucionar el juego. Nadie corre hacia la panda. Nadie corre, en ninguna dirección, el paso lento es la huida resuelta y gamberros reímos olvidando las estrategias.
No hay monstruo debajo de la cama
perdidos sin un miedo que rechazar.
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