La verja
no muy alta.
No saltar si se ve el candado, ese es el aviso.
En tu acomodaticio desdén observas desde la ventana como un día tras otro compruebo el cartel, corres la cortina en cuanto asomo. Tu publico, fingida serenidad, vuelta y media al capricho y chapoteas gustosa entre la sangre de mil no-amantes muertos de esa princesa egipcia del poema que nunca existió.
Otro cadáver del que no recuerdas el nombre
saco de tierra defendiendo eso que llamas libertad.
Escribes jodidamente ben.
ResponderEliminarJodidamente gracias.
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