lunes, 21 de julio de 2014

Lineas, lianas, hienas

El mundo, tan grande como la curiosidad. Piedras infinitas y afiladas, golpes y mordiscos a cortezas de árboles, cazar-ser cazado y piscinas de lentas muertes, muertes presurosas, pero muertes y un nuevo vivir.
De las lineas solo las rectas paralelas son infierno.
Alabando lo sinuoso descubrimos una distancia inquebrantable, un paso sin puente. Saludos en instantes sueltos y acotados. En cada encuentro un trato de desencuentro, amantes de las quimeras jamás pueden someterse a tener todo ni renunciar en absoluto y aferrados a esa tensión pasean cada uno a su lado del precipicio, con sus saludos y gritos ocasionales, un juego con el eco y la desesperación.
De las lineas las curvas son las mas sabias.
Su constante retorcer, cruces impávidos de violencia deseada por violenta y por tierna, por rendición y por batalla hacen de este tobogán la madre y la patria única de los perdidos que juegan a no ser nunca olvidados y en su vagar sin equipaje ni prisioneros olvidan hasta el tiempo de esperar el rebote del eco.
Las lineas curvas paralelas.
La exquisitez.
Lo inexplicable.
La gran tortura.





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